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_Disfunciones en la sexualidad masculina


Los hombres temen más el sexo que las mujeres.__
Arthur Miller__

na de las mayores preocupaciones de los hombres es aquella relacionada con la presencia amenazante y a veces fantásmica de tener una disfunción sexual en algún momento de su vida. Estos temores se comienzan a hacer más frecuentes en cuanto aumenta la edad. No obstante, lo que son  temores para algunos, es una realidad para un promedio del 38% (1) de los hombres adultos mexicanos.

Entre las disfunciones sexuales más comunes en el hombre están aquellas relacionadas con la dificultad para controlar la eyaculación y  lograr la erección, sin embargo, ambas disfunciones no son las únicas.
Los trastornos sexuales que presentan los varones se clasifican en cuatro grupos. En el primer grupo encontramos a aquellos relacionados con el deseo, que es una de las primeras etapas de la respuesta sexual humana. Dentro de éste grupo está el deseo sexual hipoactivo, que se define como la disminución (o ausencia) de fantasías y deseos de actividad sexual de forma persistente o recurrente. En esta disfunción no presentan un rechazo a la actividad sexual sino simplemente no se experimentan deseo.

Entre algunos de los factores que se relacionan con esta disfunción están la relación con estados depresivos, principalmente cuando la aparición es posterior a un funcionamiento normal y afecta a cualquier forma de expresión del deseo sexual con todas las personas en general, es decir, no es especifica de una sola pareja sexual. También puede surgir cuando existe conflictiva en pareja, en cuyo caso la disfunción generalmente es selectiva, es decir  se presenta sólo con una persona en particular.

Entre otras causas encontramos presentes factores como el temor a la intimidad y algunos otros factores hormonales como la disminución de testosterona y el aumento de prolactina, así como enfermedades sistémicas graves.

El segundo grupo de disfunciones son las relacionadas con la excitación que se manifiesta como trastornos de erección en el varón.
El trastorno de erección, también llamado disfunción eréctil es la  incapacidad, persistente o recurrente, para obtener o mantener una erección apropiada hasta el final de la actividad sexual. Entre las causas de la disfunción eréctil encontramos algunas anatómicas, como un traumatismo en la zona pélvica, factores hormonales como una baja de testosterona y aumento de prolactina, así como problemas con las hormonas tiroideas. Otras causas son la presencia de algunos daños al sistema nervioso o la presencia de enfermedades sistémicas como la diabetes.

En lo que respecta a la etiología psicológica son factores importantes la angustia de desempeño y los problemas relacionados con el estrés y la relación de pareja.

Es importante señalar que en hombres de mayor edad es común que se presente la disfunción a causa de problemas orgánicos, y en hombres jóvenes por diabetes, adicciones y principalmente por dificultades de origen psicológicos, no obstante, en la mayoría de casos es posible encontrar tanto factores orgánicos como  psicológicos.

En el tercer grupo tenemos a los trastornos del orgasmo. La disfunción en este grupo común es la anorgasmiamasculina (también llamada eyaculación retardada o anaeyaculación). Se define como la ausencia o retraso persistente o recurrente del orgasmo tras una fase de excitación sexual normal, en el transcurso de una relación sexual normal, que haya tenido una interacción adecuada en cuanto al tipo de estimulación, intensidad y duración.

Es decir, existe un bloqueo de la secuencia sexual que impide llegar al orgasmo, de forma que no se puede eyacular a pesar de que existe la estimulación adecuada como para hacerlo.

Algunas causas de la eyaculación retardada son la diabetes, la esclerosis, o el parkinson. Entre las causas psicológicas encontramos relacionada la actitud hipervigilante de la persona hacia el propio desempeño, así como una incapacidad para relajarse que le impide llegar al orgasmo. Por su parte, los temores y las fantasías también pueden inhibir el orgasmo masculino, en presencia de una estimulación que sería capaz de producir un orgasmo normalmente.

Otra disfunción perteneciente a la clasificación de trastornos del orgasmo es la eyaculación precoz, la cual, es la disfunción más común que presentan los varones en la vida adulta. Ésta disfunción, se entiende como la eyaculación persistente o recurrente en respuesta a una estimulación sexual mínima, antes, durante o poco tiempo después de la penetración, y antes de que la persona lo desee.

Por una parte, las personas que presentan esta queja y que han experimentado toda su vida un patrón de eyaculación precoz, esta disfunción se relaciona con un proceso de aprendizaje que se ha tenido al respecto de eyacular. En el caso de que la persona haya perdido el control de su eyaculación posterior a un funcionamiento normal, el trastorno generalmente se relaciona con factores de tipo biogénico, así como con factores relacionados con los conflictos de pareja y la angustia alrededor de los mismos.

Finalmente, el cuarto grupo de disfunciones son las disfunciones sexuales por dolor (dispareunia). La dispareunia (no debida a una enfermedad médica) se caracteriza por la presencia de dolor durante el coito, el cual se puede presentarse en el momento de la penetración, durante la fricción, en algunas posiciones específicas, con determinados movimientos, etc. La intensidad de los síntomas comprende desde una sensación de leve malestar hasta un dolor intenso. Así mismo, resulta importante señalar que no existen condiciones en las que el dolor pueda considerarse normal.

La dispareunia es una disfunción que con elevada frecuencia tiene su origen en un trastorno físico, por lo que en el caso del varón se relaciona con la estrechez del prepucio, que impide parcial o totalmente la exteriorización del glande, la enfermedad de Peyronie (endurecimiento de los cuerpos cavernosos), una inflamación o constricción de la uretra, o una hipertrofia prostática. Entre los factores de origen psicológicos están los procesos psicológicos profundos -antecedentes de abuso o algún evento traumático durante el desarrollo-, así como los conflictos de pareja -hostilidad, lucha de poder, etc.

Una vez vistas las diferentes disfunciones sexuales que el hombre puede presentar, es importante tomar en cuenta que en muchos de los casos la disfunción estará hablando por el malestar dentro de la pareja o las dificultades  y conflictos de la propia persona que la presenta; de esta manera un factor importante será encontrar una solución o simplemente mayor comprensión alrededor de la dificultad sexual.

Tener un problema relacionado con la sexualidad no debe ser motivo de culpa o más angustia que sólo se guarde en el silencio, si presentas una disfunción sexual es importante acudir con un especialista o buscar ayuda de un terapeuta sexual, de manera que puedas restablecer tu vida sexual de una manera sana y satisfactoria, ya que la sexualidad sin duda, debe ser una expresión de salud, armonía y bienestar si queremos que ésta sea una fuente de placer y comunicación con nuestra pareja y nosotros mismos, siempre de una manera responsable.

Psic. Vanessa Reyes Ibarra.

 

  1. Sánchez, C., Carreño, J., Martínez, S., y  Gómez, M. (2005). Disfunciones sexuales femeninas y masculinas: comparación de género en una muestra de la ciudad de México. salud mental, 28, 4, pp.74-80 

Fuentes

kaplan, H. S. (1978). La nueva terapia sexual. 1. Tratamiento activo de las disfunciones sexuales. Madrid: Alianza Editorial.

Rubio, E., Díaz, J. (1994). Las disfunciones sexuales. Antología de la sexualidad Humana. Tomo III. México: M.A  Porrúa.

www.amssac.org



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