Algunas causas de la eyaculación retardada son la diabetes, la esclerosis, o el parkinson. Entre las causas psicológicas encontramos relacionada la actitud hipervigilante de la persona hacia el propio desempeño, así como una incapacidad para relajarse que le impide llegar al orgasmo. Por su parte, los temores y las fantasías también pueden inhibir el orgasmo masculino, en presencia de una estimulación que sería capaz de producir un orgasmo normalmente.
Otra disfunción perteneciente a la clasificación de trastornos del orgasmo es la eyaculación precoz, la cual, es la disfunción más común que presentan los varones en la vida adulta. Ésta disfunción, se entiende como la eyaculación persistente o recurrente en respuesta a una estimulación sexual mínima, antes, durante o poco tiempo después de la penetración, y antes de que la persona lo desee.
Por una parte, las personas que presentan esta queja y que han experimentado toda su vida un patrón de eyaculación precoz, esta disfunción se relaciona con un proceso de aprendizaje que se ha tenido al respecto de eyacular. En el caso de que la persona haya perdido el control de su eyaculación posterior a un funcionamiento normal, el trastorno generalmente se relaciona con factores de tipo biogénico, así como con factores relacionados con los conflictos de pareja y la angustia alrededor de los mismos.
Finalmente, el cuarto grupo de disfunciones son las disfunciones sexuales por dolor (dispareunia). La dispareunia (no debida a una enfermedad médica) se caracteriza por la presencia de dolor durante el coito, el cual se puede presentarse en el momento de la penetración, durante la fricción, en algunas posiciones específicas, con determinados movimientos, etc. La intensidad de los síntomas comprende desde una sensación de leve malestar hasta un dolor intenso. Así mismo, resulta importante señalar que no existen condiciones en las que el dolor pueda considerarse normal.
La dispareunia es una disfunción que con elevada frecuencia tiene su origen en un trastorno físico, por lo que en el caso del varón se relaciona con la estrechez del prepucio, que impide parcial o totalmente la exteriorización del glande, la enfermedad de Peyronie (endurecimiento de los cuerpos cavernosos), una inflamación o constricción de la uretra, o una hipertrofia prostática. Entre los factores de origen psicológicos están los procesos psicológicos profundos -antecedentes de abuso o algún evento traumático durante el desarrollo-, así como los conflictos de pareja -hostilidad, lucha de poder, etc.
Una vez vistas las diferentes disfunciones sexuales que el hombre puede presentar, es importante tomar en cuenta que en muchos de los casos la disfunción estará hablando por el malestar dentro de la pareja o las dificultades y conflictos de la propia persona que la presenta; de esta manera un factor importante será encontrar una solución o simplemente mayor comprensión alrededor de la dificultad sexual.
Tener un problema relacionado con la sexualidad no debe ser motivo de culpa o más angustia que sólo se guarde en el silencio, si presentas una disfunción sexual es importante acudir con un especialista o buscar ayuda de un terapeuta sexual, de manera que puedas restablecer tu vida sexual de una manera sana y satisfactoria, ya que la sexualidad sin duda, debe ser una expresión de salud, armonía y bienestar si queremos que ésta sea una fuente de placer y comunicación con nuestra pareja y nosotros mismos, siempre de una manera responsable.
Psic. Vanessa Reyes Ibarra.
- Sánchez, C., Carreño, J., Martínez, S., y Gómez, M. (2005). Disfunciones sexuales femeninas y masculinas: comparación de género en una muestra de la ciudad de México. salud mental, 28, 4, pp.74-80
Fuentes
kaplan, H. S. (1978). La nueva terapia sexual. 1. Tratamiento activo de las disfunciones sexuales. Madrid: Alianza Editorial.
Rubio, E., Díaz, J. (1994). Las disfunciones sexuales. Antología de la sexualidad Humana. Tomo III. México: M.A Porrúa.
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