a muerte esta llena de tabúes, de la cual se evita pensar con demasiada frecuente por lo que la consideramos ajena a nosotros, pero al mismo tiempo con un temor universal al percibirla cerca de uno mismo o de algún familiar, por ambas razones se convierte en un tema difícil de hablar, ya que involucra ideología y emociones. Esto es, porque a medida que vivimos tendemos a pensar que la vida es infinita y que el final es más bien abstracto, algo que le sucede a otras personas, no a nosotros (1); y probablemente porque al pensar en ella no se sabe como y cuando sucederá, pero la mayoría de la gente espera morir cuando ya ha vivido y cumplido el ciclo de vida.
Todo esto lleva a cada persona a crearse conceptos de muerte con base en diversos factores por ejemplo:
- Biológico (ciclo de vida, ausencia de signos vitales)
- Psicológico (se niega, es absurda e injusta)
- Social (no se sabe en donde, como y cuando va a suceder)
- Cultura (castigo divino, separación del alma). (2)
Pero cada quien la concibe y enfrenta de manera personal y familiar, de acuerdo a las experiencias previas, así como su ideología, creencias y personalidad. También el concepto dependerá del género y de la etapa en desarrollo en que se encuentre la persona, algunos autores describen las siguientes etapas:
- Edad de 1 a 3 años: se concibe como la separación de los padres.
- Edad de 4 años: se tiene un pensamiento mágico pues se concibe a estar dormido.
- Edad de 5 a 6 años: se percibe como un acto real.
- Adolescentes y adultos: se percibe como algo imposible pues se crea un plan de vida. (3)
Teniendo en cuenta todo lo anterior, es importante recalcar que cada persona reaccionará dependiendo del nivel psico-social, económico y cultural, así como de la posición en que este viviendo la pérdida, por ejemplo, un adulto que sabe, que va a morir a corto plazo por causa de alguna enfermedad terminal, puede presentar los mismos síntomas psicológicos pero reaccionar diferente a como lo hacen los familiares que están acompañándolo en la ultima fase de su vida; sin embargo cuando el enfermo es un niño, la reacción de los padres y familiares será diferente por el concepto en cuanto al rol que ocupa un pequeño en la familia. |
Algunos de los síntomas psicológicos que pueden presentar un niño, joven o adulto como parte del duelo anticipado, normal o patológico son los siguientes.
- Depresión, miedo y/o tristeza.
- Ansiedad y/o rabia.
- Problemas de estima baja y/o auto-imagen.
- Puede provocar perdida familiar y/o laboral (juego y actividades).
- Aislamiento, culpa y/o regresión.
- Trastornos del sueño.
- Trastornos de la alimentación.
Ante la presencia de estos trastornos y síntomas cada persona debe recibir asistencia psicológica para mejorar los recursos de afrontamiento a la etapa que están viviendo para lograr una muerte digna, sin sufrimiento o en caso de los familiares tener un duelo saludable.

Erika Rubio Gutiérrez
erika@pi.org.mx
Bibliografía:
- Gómez S. M. (2006) “Cómo dar las malas noticias en medicina. 3ª Edición” Editorial ARÁN, España.
- Soberón G., Feinholz D., (2008) “Muerte digna, una oportunidad real” Comisión Nacional de Bioética, Secretaria de Salud,México.
- De la Herrán G. A.“La muerte y su didáctica en educación infantil, primaria y secundaria”. www.uam.es/agustin.delaherran
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